Rodilla

Fracturas de Rótula: causas, diagnóstico, tratamiento

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¿Qué es la rótula y cuál es su función?

La rótula es un hueso de forma triangular que protege la parte anterior de la rodilla como un escudo, además de tener una función estética, sirve como fulcro para el tendón de cuádriceps: aumenta así su brazo de palanca y permite estirar y flexionar la rodilla de forma adecuada (1).

Forma parte de la familia de los huesos de tipo “sesamoideos” (huesos lisos, redondeados y pequeños que son incrustados en un tendón). De hecho, es el hueso sesamoideo más grande del cuerpo humano y está diseñado para soportar cargas muy altas. Gracias a ella podemos andar, correr y saltar con normalidad (2).

¿Qué hacer ante una fractura de rótula?

Las fracturas de rótula representan el 1% de todas las fracturas esqueléticas. Pueden ocurrir por mecanismos directos (golpe o caída fuerte sobre la rótula) o indirectos (fracturas por estrés) y es 2 veces más frecuente en los hombres que en las mujeres (3).

En los últimos años su incidencia está aumentando progresivamente, debido a la práctica de deportes de contacto en edades avanzadas y a los medios de transportes personales siempre más rápidos (4).

Las fracturas indirectas son las menos frecuentes, pero son las que más daño pueden provocar al aparato extensor de la rodilla; en este tipo de fracturas encontramos:

  • Fracturas por estrés: causadas por un movimiento violento de tracción muscular sobre los extremos de la rótula (avulsión), o por una carga repetitiva que cursa con dolor a nivel del hueso (5). Si se nota un dolor en la rotula durante los entrenamientos se debe acudir a un profesional sanitario.
  • Fracturas por causas endógenas : tumores óseos (condroblastomas) u osteoporosis (6).

Ante una fractura de rótula se desencadenan una serie de síntomas invalidantes: incapacidad funcional para extender la rodilla, dolor difuso en la cara anterior de la rótula e hinchazón de la rodilla con posible hematoma (7).

Según el tipo de rotura, la incapacidad funcional para mover la rodilla puede no presentarse, por eso, ante cualquier dolor o sospecha de rotura de rótula, se hace necesario un diagnóstico certero y un tratamiento rápido.

Diagnóstico:

La gran mayoría de la información se obtiene a través de la interrogación del paciente y analizando el antecedente del traumatismo directo o indirecto.

En la exploración física se nota tumefacción de la rodilla con inflamación y dolor agudo e incapacidad para estirar la pierna contra gravedad (con esta limitación puede estar indicada la cirugía). Algunas veces se puede notar una movilidad anormal, crepitación o incluso se puede palpar un surco de separación entre los fragmentos fracturados (8).

Para determinar la presencia de fractura, así como su clasificación, emplearemos la radiografía simple. Sin embargo, la resonancia magnética o la tomografía computarizada se requieren, en general, solamente para lesiones más sutiles o como diagnóstico previo a una fractura por estrés (9).

La clasificación de las fracturas de rótula va a depender del lugar, el número de fragmentos y de la dirección de la línea de fractura:

  • Transversales: son las más frecuentes y advienen por mecanismo indirecto. En esta suele producirse un importante desgarro de los alerones laterales de la rótula, y la separación de los dos segmentos de fractura debido a la contracción del cuádriceps.
  • Vertical o longitudinal. Estas son las menos frecuentes y se pueden producir en el medio de la rótula o como fracturas marginales.
  • Conminuta: cuando por un traumatismo directo la rótula se rompe en fragmentos, y si estos no se desplazan coge el nombre de “rotula estrellada”.
  • Osteocondrales: donde se encuentra afectado también el cartílago articular.
  • Marginales: afectan al reborde articular de la rótula.

En un traumatismo de alta energía es necesario evaluar la presencia de lesiones asociadas a estructuras subyacentes a la rótula (ligamentos cruzados, meniscos, tuberosidad tibial, cóndilos femorales etc..) (10).

¿Cómo recuperarse de una fractura de rótula?

Las fracturas de rótula pueden ser tratadas de forma conservadora o quirúrgica. Los enfoques terapéuticos se basan en las preferencias de los médicos y las características del paciente. La cirugía se debe evitar en los pacientes con alto riesgo preoperatorio (11).

Tratamiento conservador:

Si la fractura es muy leve y no se necesita cirugía, posiblemente será suficiente tan solo reducir las proprias actividades, no suspenderlas.

Lo más probable es que se coloque un yeso o un aparato ortopédico removible en la rodilla durante 4 a 6 semanas, el médico puede recomendar un apoyo parcial del peso en la pierna lesionada, según tolerancia y con la ayuda de unas muletas (12).

Durante el periodo de inmovilización es importante asegurar una reparación completa de la fractura y preservar la masa muscular de la pierna inmovilizada. La fisioterapia en esta fase temprana desarrolla un papel importante y debe empezar desde el día 1 para optimizar la recuperación:

  • Magnetoterapia: es un tratamiento no invasivo que se puede aplicar directamente sobre el yeso o férula. El campo electromagnético estimula las células óseas (osteoblastos) para acelerar la reparación natural de la fractura (13).
  • Entrenamiento de fuerza de la pierna no operada: el entrenamiento unilateral del lado sano, mientras el otro brazo o pierna están inmovilizados, asegura una significativa menor pérdida de fuerza y tono muscular en el miembro inactivo. En nuestro sistema nervioso se presenta un fenómeno de “estimulación cruzada”, es decir que al ejercitar una pierna se producen pequeñas contracciones también en la otra y en la musculatura estabilizadora (14).
  • Electroestimulación y contracciones isométricas voluntarias: la electroestimulación de la musculatura de la pierna en conjunto con la contracción voluntaria suave, permiten preservar la masa muscular y drenar las sustancias de desechos liberadas por la inflamación (15).
  • Movilidad de cadera, tobillo y pie: preservamos la movilidad de estos componentes, la rodilla lo va a beneficiar en futuro.

No hay pruebas significativas que sustentan la aplicación de hielo para reducir o limitar la inflamación, aunque tiene un importante efecto analgésico, es aconsejable tumbarse de vez en cuando con la pierna levantada y seguir las recomendaciones farmacológicas del médico (16).

A la hora de quitar el yeso o la férula: se trabajará en camilla de fisioterapia con el objetivo de recuperar la movilidad de flexo/extensión activa y pasiva de la rodilla, y finalmente recuperar la fuerza para estirar y levantar la pierna contra gravedad (17).

El trabajo en piscina temprano es muy recomendable, ya que por la ingravidez y por la presión hidrostática se puede reeducar la marcha a la vez que se recibe de forma natural un masaje drenante; se puede tonificar la musculatura y trabajar en rangos de movimientos amplios de forma segura (18).

En las fases finales: fundamental lograr progresivamente una correcta deambulación sin apoyos, aumentar la fuerza muscular general, la propiocepción y el equilibrio.
Finalmente se readaptará el paciente al esfuerzo con programas personalizados de acondicionamiento físico, consejos nutricionales y de autocuidado.

 

Tratamiento quirúrgico:

El tratamiento quirúrgico tiene por objetivo obtener una reducción anatómica, garantizar una movilización precoz y restaurar la integridad del mecanismo extensor de la rodilla (19). En las fracturas muy conminutas se puede recurrir a la patelectomìa.

Hay diversos métodos de fijación quirúrgica, incluyendo el obenque o banda de tensión (con agujas de Kirschner o tornillos) y hoy en día se están desarrollando técnicas mínimamente invasivas tramite artroscopia (20).

En el postoperatorio debe inmovilizarse la articulación con una férula durante 3 a 6 días, hasta que mejore la situación cutánea, para posteriormente iniciar la movilidad precoz. Se seguirán los pasos del tratamiento conservador, progresando desde la carga parcial hasta la carga completa a las 6 semanas (12).

Se hace esencial el tratamiento de las cicatrices causadas en la intervención por la posibilidad de producir adherencias y limitaciones en el tejido blando.

En Premium Madrid estamos a tu disposición para tratar este y otro tipo de lesiones, contamos con un amplio equipo multidisciplinar para ayudarte a conseguir una óptima recuperación y una correcta readaptación. Todos nuestros servicios pueden ser presenciales, online o en tu domicilio. ¡Cuéntanos tu caso!

 

Bibliografía

1. Gupton M, Imonugo O, Terreberry RR. Anatomy, Bony Pelvis and Lower Limb, Knee. En: StatPearls [Internet]. Treasure Island (FL): StatPearls Publishing; 2020 Disponible en: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK500017/
2. Cox CF, Sinkler MA, Hubbard JB. Anatomy, Bony Pelvis and Lower Limb, Knee Patella. En: StatPearls [Internet]. Treasure Island (FL): StatPearls Publishing; 2020 Disponible en: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK519534/
3. Melvin JS, Mehta S. Patellar fractures in adults. J Am Acad Orthop Surg. abril de 2011;19(4):198-207.
4. Hou S, Zhang Y, Wu W. Study on characteristics of fractures from road traffic accidents in 306 cases. Chin J Traumatol Zhonghua Chuan Shang Za Zhi. febrero de 2002;5(1):52-4.
5. Teitz CC, Harrington RM. Patellar stress fracture. Am J Sports Med. diciembre de 1992;20(6):761-5.
6. Lang Y, Yu Q, Liu Y, Yang L. Chondroblastoma of the patella with pathological fracture in an adolescent: a case report. World J Surg Oncol. 12 de diciembre de 2019;17(1):218.
7. Pesch S, Kirchhoff K, Biberthaler P, Kirchhoff C. [Patellar fractures]. Unfallchirurg. marzo de 2019;122(3):225-37.
8. Filho JS, Lenza M, Carvalho RT de, Pires OG, Cohen M, Belloti JC. Interventions for treating fractures of the patella in adults. Cochrane Database Syst Rev [Internet]. 2015
9. Lazaro LE, Wellman DS, Pardee NC, Gardner MJ, Toro JB, Macintyre NR, et al. Effect of computerized tomography on classification and treatment plan for patellar fractures. J Orthop Trauma. junio de 2013;27(6):336-44.
10. Saragaglia D. Rupturas del aparato extensor de la rodilla y fracturas de la rótula. EMC – Téc Quirúrgicas – Ortop Traumatol [Internet]. 1 de marzo de 2018
11. Larsen P, Rathleff MS, Østgaard SE, Johansen MB, Elsøe R. Patellar fractures are associated with an increased risk of total knee arthroplasty: A Matched Cohort Study of 6096 Patellar Fractures with a mean follow-up of 14.3 Years. Bone Jt J. 2018;100-B(11):1477-81.
12. Eiff MP, Hatch RL. Fracture Management for Primary Care E-Book. Elsevier Health Sciences; 2011. 398 p.
13. Hannemann PFW, Mommers EHH, Schots JPM, Brink PRG, Poeze M. The effects of low-intensity pulsed ultrasound and pulsed electromagnetic fields bone growth stimulation in acute fractures: a systematic review and meta-analysis of randomized controlled trials. Arch Orthop Trauma Surg. agosto de 2014;134(8):1093-106.
14. Andrushko JW, Lanovaz JL, Björkman KM, Kontulainen SA, Farthing JP. Unilateral strength training leads to muscle-specific sparing effects during opposite homologous limb immobilization. J Appl Physiol. 14  de diciembre de 2017
15. NCT02321163. Electrical Stimulation for Attenuating Muscle Atrophy. https://clinicaltrials.gov/show/NCT02321163 [Internet]. 31 de mayo de 2018
16. Adie S, Kwan A, Naylor JM, Harris IA, Mittal R. Cryotherapy following total knee replacement. Cochrane Database Syst Rev [Internet]. 2012;(9).
17. Henderson KG, Wallis JA, Snowdon DA. Active physiotherapy interventions following total knee arthroplasty in the hospital and inpatient rehabilitation settings: a systematic review and metaanalysis. Physiotherapy. 2018;104(1):25-35.
18. Heywood S, McClelland J, Mentiplay B, Geigle P, Rahmann A, Clark R. Effectiveness of Aquatic Exercise in Improving Lower Limb Strength in Musculoskeletal Conditions: A Systematic Review and Meta-Analysis.
Arch Phys Med Rehabil. 2017;98(1):173-86.
19. Bukva B, D’Hooghe P, Poberaj B, Alkhelaifi K, Hutchinson M, Landreau P. A combined tension-band braided polyester and suture button technique is a valuable treatment alternative for transverse patellar
fractures in athletes. Musculoskelet Surg. diciembre de 2019;103(3):283-7.
20. Cerciello S, Cote M, Lustig S, Dyrna F, Pauzenberger L, Neyret P, et al. Arthroscopically assisted fixation is a reliable option for patellar fractures: A literature review. Orthop Traumatol Surg Res OTSR.2017;103(7):1087-91.

Primera publicación Marzo 2016 – Actualizado Noviembre 2020.
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