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Lesión del tejido muscular que provoca una fase de respuesta inflamatoria, caracterizada por los signos de dolor agudo e intenso (“signo de la pedrada”) y edema. Posteriormente se producirá una fase de reparación (fibras de colágeno) y concluirá con una fase de maduración y remodelación del propio tejido cicatrizal. Este proceso suele tener una duración aproximada entre tres y doce semanas según la extensión de dicha rotura fibrilar. Podemos diferenciar tres tipos de roturas fibrilares: · Distensión muscular de primer grado. Algunas fibras musculares pueden haberse estirado o incluso roto. El movimiento activo es doloroso pero con amplitud completa. · Rotura fibrilar parcial o de segundo grado. Es la más típica, hay rotura de fibras musculares, la contracción activa del músculo es muy dolorosa y se puede llegar apreciar una depresión palpable en el vientre del músculo. Produce edema y hemorragia. · Rotura fibrilar total o de tercer grado. El paciente es incapaz de realizar contracción muscular activa. El músculo no responde. Tendremos que valorar un tratamiento convecional o la posibilidad de intervención quirúrgica.