El ictus se produce cuando se detiene el flujo sanguíneo al encéfalo o cerebro. Esta patología, también conocida como embolia, accidente cerebrovascular (ACV), se manifiesta súbitamente. El ictus equivale a un infarto de corazón pero en el cerebro.
Existen dos tipos principales de ictus:
Ictus isquémico o infarto cerebral
Se produce cuando un coágulo de sangre bloquea o tapona un vaso sanguíneo en el cerebro (por ejemplo un trombo).
Suponen el 80% de todos los ictus. La incidencia se estima en 150-200 casos por 100.000 habitantes/año. Es la tercera causa de mortalidad en España.
Ataque isquémico transitorio AIT: se produce igualmente por la interrupción del flujo sanguíneo, pero de manera temporal, siendo habitual que los síntomas duren unos pocos minutos y que el paciente se recupere totalmente en menos de 24 horas.
Infarto cerebral
Ictus hemorrágico o hemorragia cerebral:
Este por el contrario se produce por una rotura de un vaso produciendo una hemorragia de mayor o menor importancia.
El exceso de sangre da lugar a un aumento de presión intracraneal, ya que el espacio dentro del cráneo sigue siendo el mismo, y esto provoca una compresión del tejido cerebral.
Aneurismas: es una región debilitada del vaso sanguíneo que si no se trata puede ocasionar la rotura del vaso.
Malformación arteriovenosa: vasos sanguíneos formados de manera anormal.
Los factores de riesgo de esta enfermedad son, en términos generales: hipertensión arterial, las arritmias cardíacas u otras enfermedades del corazón, diabetes, niveles elevados de colesterol, obesidad, tabaquismo, consumo de alcohol excesivo, sedentarismo o inactividad física. Según los últimos estudios, también existen factores de riesgo no modificables, como son los factores hereditarios, la raza, el sexo y la edad (mayor de 55 años).
¿Cuáles son sus síntomas?
Cuando hay una lesión vascular cerebral la causa del daño es la muerte del tejido en la zona donde se produce el problema. Por tanto, dependiendo del área afecta, los signos y síntomas serán distintos, así como la gravedad y las secuelas que aparezcan tras el mismo.
Generalmente los síntomas que se producen en un primer momento tras el ictus son:
Entumecimiento o debilidad repentinos en el rostro, brazos o piernas (especialmente de un lado del cuerpo).
Confusión súbita, dificultad para hablar o entender.
Problemas repentinos para ver con uno o ambos ojos.
Dificultad repentina para caminar, mareos, pérdida de equilibrio o coordinación de los movimientos.
Dolor de cabeza súbito y severo sin causa conocida.
Es muy importante saber identificar los signos de la enfermedad para poder llamar a los servicios de urgencias rápidamente. La rapidez en el tratamiento es fundamental para salvar la vida del paciente y minimizar las secuelas del ictus.
La rehabilitación es una de los aspectos más importantes del tratamiento de una persona tras sufrir un ictus. El objetivo de la rehabilitación es tratar las discapacidades tras el ictus y proporcionar al paciente el mayor grado de autonomía posible, identificando sus limitaciones y adaptando el tratamiento a las características individuales de cada persona.
El tratamiento puede iniciarse en el hospital, en fases muy tempranas tras el ictus, y continuar de forma ambulatoria en el hospital o centros de fisioterapia.
Recuperarse de un ictus dependerá de varios factores como la extensión y la zona de la lesión, la rapidez con la que se logra restablecer el riego sanguíneo y el estado de salud previo.
Normalmente los problemas derivados de un ictus y susceptibles de neurorrehabilitación o fisioterapia neurológica, dependiendo del área afectada y de la severidad, son los siguientes:
Alteración del movimiento y de la coordinación.
Alteración de la sensibilidad.
Alteración del tono muscular.
Alteración del control postural y del equilibrio.
Incapacidad para caminar.
Alteración de la deglución.
Incontinencia urinaria o fecal.
Trastornos cognitivos.
Alteraciones respiratorias.
Como hemos comentado anteriormente, el fisioterapeuta realizará un valoración previa para conocer el estado actual del paciente, sus limitaciones y capacidades, para elaborar un tratamiento adecuado e individualizado.
Se debe complementar el tratamiento desde otros ámbitos como la terapia ocupacional y la logopedia, entre otros.
En Premium Madrid contamos con fisioterapeutas especializados en este ámbito, así como, terapeutas ocupacionales. Normalmente trabajamos con el método Bobath, Votja y concepto Halliwick o fisioterapia acuática.
Bibliografía
Paeth B. Experiencias con el concepto Bobath: fundamentos, tratamiento y casos. 2º ed. Médica Panamericana; 2012.
Chen JC, Shaw FZ. Progress in sensoriomotor rehabilitative physical therapy programs for stroke patients. World J Clin Cases. 2014; 2(8): 316-26
Pollock A, et al. Interventions for improving upper limb function after stroke. Cochrane Datavase Syst Rev. 2014; 11.
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